PREJUICIO¡¡


Perjuicio de los prejuicios...haz click

El prejuicio como actitud. El prejuicio constituye una actitud, es decir, una predisposición personal a responder de cierta manera frente a un estímulo. Se considera que el prejuicio es una actitud, en tanto condiciona la respuesta personal hacia el medio, de acuerdo a un precepto anterior. Una característica importante es que la persona tiene una posición personal sobre una situación sin conocerla en profundidad, de allí su significado etimológico (PRE – JUICIO: juzgar sin conocimiento previo) (La Enciclopedia Salvat, 2004)

Es importante mencionar que las actitudes constituyen patrones de conducta con respecto a situaciones. De alguna manera, las actitudes tienen una base adaptativa, favoreciendo la economía de tiempo para planear respuestas y tomar decisiones sobre ciertas circunstancias (Mann, 1973). El hecho de ya tener una predisposición hacia un evento, persona o cosa, hace más sencillo dar respuesta a ello, haciéndose innecesaria una evaluación personal profunda cada vez que hay un acercamiento.

Tiene una connotación negativa. Para algunos autores (Light, Keller y Calhoun, 1991), el prejuicio puede tener una connotación negativa (de rechazo) o positiva (de aceptación). Sin embargo, para la mayor parte de los autores revisados (Gerrig y Zimbardo, 2005, entre otros), el prejuicio en sí mismo tiene una connotación negativa.

Las actitudes negativas hacia un grupo implican sentimientos o creencias de desvalorización hacia el mismo, expresando un desacuerdo evidente, e incluso desprecio, hacia condiciones o características del grupo.

Es una actitud aprendida. Existen teorías antiguas (Whittaker, 1979), basadas en estudios con Chimpancés, según las cuales el prejuicio es una actitud controlada de manera biológica (condición innata). Sin embargo, según las teorías modernas, el prejuicio es una actitud aprendida, en base a las experiencias que la persona ha tenido a lo largo de su vida, principalmente durante la infancia. Según Bacon en su libro "Novun Organum" de finales del siglo XVI, los prejuicios se producen porque los niños pequeños (desde recién nacidos) aprenden primero lo que la familia o la sociedad piensa del mundo, antes de conocer dichos fenómenos por sí mismos.

De esta manera, si bien una persona puede desarrollar la capacidad para diferenciar personas y objetos desde muy pequeña (en base a los procesos de desarrollo cognitivo), el tener una actitud negativa hacia dichas diferencias proviene de una influencia del medio, probablemente de conductas observadas o de expresiones lingüísticas.

Tiene efectos o consecuencias dañinos. El prejuicio es un juicio de valor negativo ante un grupo y basado en información insuficiente o incompleta. Con esta base, cualquier conducta prejuiciosa que se lleve a cabo va a ser de tipo antisocial o, por lo menos, inadecuada, teniendo escasa contribución positiva al desarrollo de la sociedad. En muchos casos, el prejuicio lleva a ofender a grupos y a generar ira y odio (Whittaker, 1979)

Está basado en una visión distorsionada de la realidad. Los prejuicios constituyen formas de interpretar la realidad. Definitivamente, tienen una base real, sin embargo contienen información errónea, exagerada o generalizaciones accidentales (no comprobadas científicamente). Por ejemplo, el prejuicio según el cual los hombres son más violentos que las mujeres, tiene una base en lo real; sin embargo, la diferencia entre conductas violentas en hombres y mujeres no es tan grande como parece (www.cepvi.com).

Si bien generalmente se señala que los prejuicios surgen en base al conocimiento limitado de una situación (como se señaló al inicio), para algunos autores, el prejuicio puede existir (o persistir) incluso a pesar de un conocimiento profundo de la misma.

Implica convicción y resistencia al cambio. Una de las características más interesantes de los prejuicios es su dificultad para ser eliminados, en tanto la persona cree en su veracidad. Se considera que una creencia errónea es un prejuicio cuando existe resistencia al cambio, además del convencimiento de que todas las personas de un grupo tienen las mismas características (Light, Keller y Calhoun, 1991). Generalmente, los prejuicios se arraigan en el pensamiento de las personas, siendo confirmados permanentemente por nuevas experiencias. La convicción impide aceptar refutaciones.

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